martes, 23 de abril de 2013



˜ Valoración
 “El Pato y la Muerte”
Wolf Erlbruch

En el libro álbum El Pato y la Muerte, esta última es tratada con una sencillez admirable: no es más que la situación que nos lleva hacia lo desconocido; mientras tanto, podemos aceptar que nuestra existencia es finita y que, a pesar de esto, podemos ser felices y establecer lazos con los otros y el mundo.
La muerte como la acompañante de todos los seres vivos no es la clásica imagen de una calavera terrorífica que carga la hoz, pues es encarnada por este afable personaje vestido con bata a cuadros que sabe tan poco como nosotros de lo que hay más allá del final de la vida.
Erlbruch rompe los esquemas creados por la cultura popular y utiliza elementos del imaginario colectivo como las creencias que tenemos sobre el más allá, sobre el paraíso y el infierno para centrarnos en el aquí y en el ahora y nos dice que primero tenemos que morir para averiguar qué ocurrirá.
De esta manera, El Pato y la Muerte no sólo aborda esta temática, si no también la de las creencias que los seres humanos elaboramos para trascender más allá del final de la vida terrenal. Temáticas que difícilmente se pueden insertar en una clase de literatura en la escuela, no por la sencillez y la emoción que puede provocar el tema de la muerte, sino por la sensación de incertidumbre que el autor imprime a los aspectos relacionados con la fe y la religión:
“- Algunos patos dicen que te conviertes en ángel. Te sientas en una nube y desde ahí puedes mirar la tierra.
- Es posible – la muerte se incorporó -, pero de todas maneras tú ya tienes alas.
- Algunos patos también dicen que en las profundidades de la tierra hay un infierno en el que te asan si no fuiste un pato bueno.
- Es asombroso todo lo que se cuenta entre los patos, pero quién sabe...
- ¿Entonces tú tampoco lo sabes? – graznó el pato.
La muerte sólo le miró.”

Se refleja la intención que Wolf Erlbruch tiene de transformar el tema tratado históricamente por la literatura como el irremediable y trágico final, en un hecho más de nuestra vida y para el cual podemos estar preparados y conscientes de que ocurrirá algún día. Lo toma con sencillez y sentido común, con gracia y emotividad; sin embargo, esto no quiere decir que para muchas escuelas, que declaren educar bajo algún credo, el libro sea recomendable pues cuestiona la fe cristiana, la idea del bien y el mal, del paraíso y del infierno.
Pero al margen de los credos y la fe, el álbum es altamente recomendado por los expertos[1]. En lo que sigue se exponen algunos criterios que abogan por la inserción de este filosófico libro álbum en las aulas de literatura:
En primera instancia, el tratamiento de El Pato y la Muerte para las aulas de literatura es recomendable porque en la obra se hacen patentes las tres funciones de la literatura infantil y juvenil, planteadas por Teresa Colomer (2010):
1. Desarrollo del lenguaje literario: El álbum acerca a los estudiantes a una lectura multimodal, que les plantea el desafío de comprender las palabras unidas a las imágenes para luego interpretar este conjunto como un sólo mensaje.
Además, se halla representado el lenguaje del silencio en las imágenes, en los signos de puntuación y en la presentación misma del libro, con hojas de cortesía, contraportada y contratapa en blanco. Este efecto de silencio que se imprime en la narración permite al lector tomar pausas, pensar, ir más lento en la lectura.
Por otra parte, el lenguaje de la obra permite acercar a una prosa eminentemente poética, abriendo las puertas a la expresión de sentimientos a través del relato; lo que permite establecer nexos con otras obras literarias de distintos géneros que traten la temática de la muerte, sobre todo en poesía.
Otra característica del lenguaje es que, claramente, este libro no puede ser leído a cualquier edad. Se recomienda su lectura a partir de los nueve años, aunque más fructífera resulta desde los diez, cuando la competencia literaria permite aumentar la complejidad de las estructuras narrativas que se utilizan en las obras literarias (Colomer, 2005), permitiendo por una parte, la diversidad de voces, en este caso en las preguntas del Pato y las explicaciones de la Muerte en estilo directo; y por otra, la reconstrucción de la historia a partir de la información suministrada por diversas vías, a partir de fragmentos que van encajando, y que en el álbum viene dada por los aportes de la imagen y la palabra anteriormente explicados.
2. Socialización en contacto con los modelos culturales: Los personajes actúan con reflexividad y afecto en situaciones adversas. Presentan una relación armoniosa y equilibrada que se contrapone con el modelo cultural que presenta el cine y la televisión sobre el tema de la muerte. Mediado por el profesor de literatura, provoca un examen de conciencia sobre nuestra vida y nuestro destino. Motiva a analizar las manifestaciones del tema de la muerte en nuestro entorno cultural y social y cómo éstas son manipuladas por los medios de comunicación.
3. Acceso al imaginario colectivo: Constituye una reinvención de lo que en el imaginario colectivo comprendemos por muerte. El autor recurre a símbolos ya estereotipados como la calavera, el tulipán, el cuervo, el río. Sin embargo, la historia escapa a los usos arquetípicos que se les da a los símbolos de la muerte. Así, la obra literaria provoca el “temblor de sentido” del que hablara Todorov:
“Mediante un uso evocador de las palabras, recurriendo a las historias, a los ejemplos, a los casos particulares, la obra literaria [...] pone en movimiento nuestro aparato de interpretación simbólica, despierta nuestras capacidades de asociación y provoca un movimiento de ondas de choque que se prolongan mucho tiempo después del contacto inicial.” (Todorov, 2007: 78 en Colomer, 2010: 5)
La lectura del álbum no deja indiferente al lector debido a estos movimientos interpretativos que produce en su imaginario, es más, las imágenes de la muerte se modifican y esta calavera alegre pasa a tener un lugar en los símbolos que evocan el inevitable fin de nuestros días. Las palabras, por su precisión, se guardan fácilmente en la memoria y quedan suspendidas en busca de respuestas. Las dudas del pato pasan a ser nuestras y la búsqueda de sentido a la existencia se prolonga a cada lectura. Sin duda es un remezón a las creencias sobre la vida y la muerte.
Otro aspecto que El Pato y la Muerte posee es el de la calidad literaria, concebida como la capacidad de la obra literaria de “proporcionar a los niños las distintas formas de representación de la realidad, para proyectar y construir la intimidad del lector, distanciarse críticamente del discurso, descubrir la otredad” (Colomer. 2005. P.179) El libro tiene la capacidad de construir un ambiente propicio para el tema tratado y para profundizar en ello sin un afán pedagógico, sino eminentemente literario y filosófico. Permite entonces este distanciamiento crítico de las situaciones reales de muerte y abre las puertas a un mundo paralelo donde no es tabú pensar en que los seres vivos morimos todos los días porque es lo que nos toca. Las múltiples interpretaciones que puedan surgir de este planteamiento son en gran parte por la calidad literaria y artística de la obra.
Por otra parte, se halla la posibilidad de “crecer” gracias a la lectura detenida de este libro álbum. A partir de la idea de que el contacto con narraciones ficcionales aporta a los jóvenes aquellas palabras necesarias para construir su identidad (Silva-Díaz, 2008), podemos abordar la obra en el aula de literatura, centrándonos en la reflexión que los estudiantes hagan sobre sí mismos en relación con la temática, con el objetivo de aportar al alcance de una madurez con sentido de existencia e integridad. De la misma manera lo indica Jover (2007: 68) que propone que los textos literarios ofrecidos en la clase de literatura contribuyan al proceso de maduración y desarrollo de los jóvenes en la escuela. Que con ellos puedan reconocerse, establecer un diálogo fecundo, que sean una herramienta para desmontar modelos sociales, que creen condiciones para una interacción enriquecedora entre los que conviven en el aula. De esta manera, la temática planteada por El Pato y la Muerte expone una característica universal de los seres vivos: nuestra finitud. Todos estamos en igualdad frente al destino. Un gran comienzo para poner en evidencia los objetivos transversales de formación ética y del conocimiento del individuo en relación con otros.
Además, el álbum deja de manifiesto valores como la amistad, la tolerancia, el respeto por la naturaleza, el conocimiento de sí mismo, la afectividad, el amor por el otro ante la adversidad, la importancia de la alegría en momentos críticos, etc. Valores que justifican su aplicación en aulas no sólo de literatura, sino también de orientación y filosofía.
Existen dos formas de organizar el conocimiento y de estructurar la experiencia individual basada en las relaciones humanas: la primera, a través del pensamiento lógico-científico, que guarda relación con el mundo de las cosas; la segunda, gracias al pensamiento narrativo, que está en relación con las personas y sus inquietudes. Al pensamiento lógico se le da gran cabida en la escuela pues a través de él se pueden explicar muchos conceptos de la realidad física, como, en este caso el ciclo de la vida; mas no es aplicable a los problemas humanos como, por ejemplo, la toma de conciencia de que pertenecemos a ese ciclo. Es sólo a través de los relatos que podemos conocer en profundidad la cultura, la sociedad y la especificidad del ser. Así, el pensamiento narrativo debe ser potenciado por textos significativos que colaboren en esta conformación del conocimiento humano  (Bruner, 1996 en Jover, 2007:70) El Pato y la Muerte es un relato que ayuda a representar la experiencia y a fundamentar nuestras creencias, es decir, que forma parte del conjunto de narraciones que ayudan a estructurar los conocimientos en torno a una problemática común a las personas.
Por último, enfatizar en lo que se ha venido hablando desde un principio. El Pato y la Muerte es una obra literaria que da para hablar. Por algunos puede ser considerada un libro para adultos, de una temática dura para un público joven, que puede causar un impacto emocional en los lectores ¿pero no es acaso esto lo que busca la literatura? De otra forma, ¿para qué trabajarlo en el aula? No olvidemos que el corpus de obras para el aula de literatura debe promover la lectura para la formación de un lector literario competente que sabe abstraerse y comprender los alcances ilimitados de estructuras, de géneros y de temáticas que caracteriza a la buena literatura. Así, el Pato y la Muerte nos impacta, emociona y lleva a la reflexión profunda, como el libro del que hablara Kafka a sus veinte años:
“Si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? Dios mío, también seríamos felices si no tuviéramos libros, y podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos hicieran felices. Pero lo que debemos tener son esos libros que se precipitan sobre nosotros como la mala suerte y que nos perturban profundamente, como la muerte de alguien a quien amamos  más que a nosotros mismos, como el suicidio. Un libro debe ser como un pico de hielo que rompa el mar congelado que tenemos dentro.” (Jover, 2007: 69)


[1] Consultar compendio de opiniones de expertos en la webgrafía.





˜ Bibliografía

Colomer, T. (2005). Andar entre libros. México, DF: Fondo de Cultura Económica
Colomer, T. (2010). Introducción a la literatura infantil y juvenil actual. Madrid: Síntesis.
Erlbruch, W. (2007) El Pato y la Muerte. Granada: Barbara Fiore Editora.
Genette, G. (1997) Paratextos (Vol. 20). NY: Cambridge University Press.
Jover, G. (2007) Un mundo por leer. Barcelona: Octaedro Ediciones.
Silva Díaz, M. C. (2009). Entre el escrito y uno mismo: Realismo juvenil y construcción de identidades en Lecturas adolescentes, 185-196. Barcelona: Graó.

˜ Webgrafía
Bárbara Fiore.com        : Compendio de opiniones de especialistas sobre el libro álbum El Pato y la Muerte. Entrevista a Wolf Erlbruch.
El Libro álbum              : Definiciones y peculiaridades.

domingo, 10 de marzo de 2013

A cambiar el mundo con humor


De esta manera se presenta el primer concurso de inventos dirigido a todos los escolares del mundo. Está a cargo del MIBA (Museo de Inventos e Ideas de Barcelona), y pretende que las escuelas que se motiven a participar inscriban un invento que nos haga sonreír.  

El proyecto busca que los niños y niñas responsables de hacernos reír en el concurso "Inventar es divertido", sean en el futuro los encargados de cambiar el mundo con sensibilidad, creatividad  y humor. Así es como lo plantea el fundador y director del museo, Pep Torres: "Inicialmente habíamos pensado en inventos relacionados con energías renovables, sostenibilidad o reciclaje; pero realmente lo que necesita el mundo es una gran sonrisa, y ese es el reto." Con este filantrópico mensaje, se presentan las bases que podemos revisar en treinta y cinco segundos; así como también el prestigioso jurado encargado de la difícil misión de elegir el invento que dé más risa.  

Pero hay algo más que llama la atención de este concurso del MIBA, y eso es su convocatoria. Si bien los concursos intra, inter o extra escolares son motivadores para los estudiantes y crean grandes oportunidades para lograr aprendizajes significativos; las herramientas de la web 2.0 hacen posible que tan mayúsculo llamado sea posible. Un comunicado de los funcionarios del museo en Vimeo.com, y un cartel descargable en .pdf desde la página oficial para divulgarlo en la escuela, son los elementos de los que se valen para conocer el ingenio de niñ@s y jóvenes de los cinco continentes; quienes, a su vez, harán entrega de los prototipos de inventos a través de Youtube.com.

 Por otra parte, específicamente en el área de lenguas, la web 2.0 nos permite a profesores y estudiantes profundizar en situaciones concretas de comunicación a nivel local (en interacción con compañeros de un mismo grupo) y global (con estudiantes de todo el orbe) con actividades tales como torneos de debates entre escuelas, foros de opinión sobre un tema de la clase, diccionarios virtuales para la construcción de significados en grupo, redacción de cuentos y poemas en una wiki, y un sinnúmero de actividades por diseñar y proponer (lo que es nuestra misión).
Sin lugar a dudas, las herramientas web 2.0 abren las puertas a una nueva forma de ver el mundo. Y aunque esto último sea una frase hecha, es así. Podemos convocar a escolares de todos los rincones del planeta a participar de nuestras inquietudes y a construir juntos nuevas realidades educativas. Estamos ante una sociedad ilimitada y este hecho es para pensarlo bien,  pues nuestros objetivos pedagógicos pueden hoy ser trabajados en un aula virtual y global.

domingo, 24 de febrero de 2013

Felicidad y Lenguaje.

Desde que mi hija llegó a la vida, hace ya once meses, que se han apoderado de mi dudas sobre la supervivencia de los bebés y las madres en la prehistoria. ¿Cómo supo la primera cría humana que tenía que aferrarse a la teta de su madre cavernícola para poder alimentarse? ¿Y ella, que debía protegerlo así, luego de parirlo? En lo personal, un parto en el paleolítico no habría sido el momento propicio para aprender a ser mamá. Mi era definitivamente es la de la epidural. Y para sosegar un poco estos pensamientos lo he solucionado con que se movían en manadas de hembras y que entre ellas ayudaban a la parturienta y al neonato-sapiens.
Pero aún así me invade otra interrogante más trascendental sobre los bebés y la prehistoria, y es saber qué circunstancias se dieron para que desarrollaran el lenguaje. Pues, más allá de todas las teorías sobre el origen del lenguaje; más allá de si nuestros antepasados se divertían imitando los sonidos de la naturaleza, o si eran sumamente gestuales; quiero saber por qué lo desarrollaron. Por dar un ejemplo, la criatura que tengo en casa, que no es para nada un bebé de comercial de suavizantes (más bien al contrario, mucho más cercana está de sus antepasados de las cavernas, de ahí que los piense tanto), cuando algo quiere logra expresar con un grito, una sílaba o bien estirando el cuello, que aquello debe ser suyo - y nosotros, papá y mamá, lo entendemos perfectamente, prácticamente sin palabras. De un tiempo a esta parte, ha comenzado con los gestos, que al principio se celebran con bombos y platillos, y luego pasan al repertorio de gracias del bebé, más tarde pasa a ser comunicación efectiva sin babas de los padres de por medio.
Digo con esto que un entorno feliz hace de un niño un buen comunicador. Es así en los bebés y en todas las edades. Estar feliz provoca el habla. Cuando algo nos alegra "hablamos hasta por los codos".
El desarrollo lingüístico del pequeño cavernícola debió estar también lleno de estímulos. Seguro que algo de onomatopeya hubo y también mucho de gestos para indicar tal o cual cosa. Pero dudo mucho que esto lo haya hecho por sí solo, ni menos jugando con hienas. Alguien tuvo que ponerle mucha atención y cariño. Tal como experimentan los bebés de hoy en día con el lenguaje, el bebé prehistórico fue feliz y gorgojeó, balbuceó, señaló y dijo mamá.
Por su parte, en la escuela los alumnos hablan más cuando son más libres y contentos en una clase determinada, en cambio se los observa silenciosos y somnolientos cuando se les reprime en otra. Parece una gran paradoja, pero la primera educación, la ancestral, informal y familiar, que espero en la gran mayoría de los casos forme a niños felices y habladores; es pisoteada por la escuela enemiga por antonomasia del blablá y las risitas entre los pequeños estudiantes. Me pregunto otra vez, y ahora en el presente, por qué tanta animadversión con ese lenguaje que surge del instinto del niño, de sus ganas de hablar y participar, y de demostrar que es feliz utilizando su nueva herramienta, el lenguaje?